Los iniciadores orientales
En julio de 1867 comenzó a funcionar en Bayamo el primer Comité Revolucionario, en el que inicialmente figuraban: Francisco Vicente Aguilera y Tamayo y los abogados Pedro (Perucho) Figueredo y Francisco Maceo Osorio, después se incorporaría el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes.

Francisco Vicente Aguilera (1821-1877). Para 1867 era el terrateniente más rico del oriente cubano, sin embargo, fue capaz de sacrificar toda su riqueza a la redención de la patria. Según el historiador cubano Fernando Portuondo, Aguilera era el hombre de más prestigio entre los conspiradores de Oriente en vísperas del 68.
Siendo vicepresidente de la República en Armas fue comisionado para conciliar a los emigrados en Nueva York y se le recordaba caminando en la nieve con los zapatos rotos mientras llevaba en sus bolsillos gruesas sumas de dinero que le entregaban para la causa muchas veces donantes anónimos. "Pancho", como le decían sus amigos, se convirtió en un símbolo de modestia.

Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo (1819- 1874), el Padre de la Patria, nace en el seno de una rica familia de Bayamo. Desarrolla en esa villa sus primeros estudios, para luego cursar los de Derecho Civil en el Colegio de San Carlos en la capital de la isla. Completa su formación académica en España, donde obtiene el título de abogado en 1842. Permeado de una sólida formación cultural, concibe criterios referidos a la libertad y a la igualdad que definen su actividad dentro del contexto nacional. Es un hombre atento al progreso y no permanece indiferente a los problemas de la patria.