Conclusiones.

La sociedad criolla, que surgió desde el siglo XVI, se organizó durante el siglo XVII y se consolidó en el siglo XVIII. Nacieron y se desarrollaron gradualmente las que serían las grandes industrias de la Isla (tabaco y azúcar), se acumularon riquezas, tomaron características más firmes las clases y sectores sociales que representaban el mundo del criollo que se estaba configurando, recreado artísticamente en Espejo de Paciencia.[1]
El proceso de interrelación étnica y cultural de los componentes sociales avanzaba para dar paso a una colectividad con intereses y sentimientos propios, que se diferenciaba por “ser de la tierra”. La sublevación de los bayameses, de los vegueros, la actitud de las milicias criollas ante la invasión inglesa, la fundación de un centro de estudios y una compañía comercial fueron hechos que expresaron los intereses de esa colectividad en formación que respondía a sus elementos autóctonos, eran los gérmenes de la nacionalidad cubana.