Conclusión
El agua, sustancia vital sin la cual los seres vivos no podrían vivir solo es utilizable un 1% aproximadamente, a pesar de que las 3/4 partes del planeta están cubiertas de agua. Debido a sus características estructurales muy singulares por la formación de enlaces por puentes de hidrógeno que se establecen entre sus moléculas. Esta particularidad favorece el comportamiento del agua como regulador del clima, para sistemas de calefacción,y hasta para enfriar con hielo. Su estructura geométrica confiere además a la molécula una polaridad que favorece su acción disolvente mediante procesos de disociación o ionización en dependencia de las características estructurales de las sustancias que se combinen con ella.
Es considerado el disolvente por excelencia y gracias a ello, es que casi todos los procesos o fenómenos que acontecen en la naturaleza o por la mano del hombre ocurren con la intervención de un medio acuoso. En su gran mayoría el agua tiene sales disueltas que pueden algunas llegar a ocasionar problemas tanto en el uso doméstico como industrial. Pero este preciado líquido a temperatura ambiente además de disolver sustancias , reacciona con otras, actuando de manera general como un fuerte oxidante en particular frente a metales, no metales y sus óxidos correspondientes.
El agua se puede contaminar por cambios químicos, físicos o biológicos que afecten su calidad y ello puede repercutir en el equilibrio ecológico y la salud humana. Cuidar y ahorrar el agua es la divisa del Siglo XXI llamado mundialmente el Siglo del agua.