grabación magnética
Los cabezales empleados en la grabación magnética son pequeños electroimanes. Ellos actúan sobre una diminuta área de las cintas o discos, en la cual hay miles de partículas magnéticas. En las cintas de sonido, dicha área puede tener 0,0025 mm de ancho por 0.5 mm de alto. Durante la grabación habitual de sonido, el porciento de partículas magnéticas que se orientan en una u otra dirección varía a lo largo de la cinta, en dependencia de las características del sonido. Para el borrado, la cinta se somete a un intenso campo magnético alterno, de frecuencia 100 000 Hz, lo cual hace que, de nuevo, aproximadamente la mitad de las partículas queden orientadas en una dirección y la otra mitad en dirección contraria. La grabación magnética digital, utilizada por ejemplo en las computadoras, también se basa en la orientación –en una pequeñísima área- de las partículas magnéticas en una u otra dirección.