Estructura del átomo. El electrón
La materia que compone a todos los cuerpos está constituida por átomos, moléculas e iones.
Durante mucho tiempo los seres humanos consideraron al átomo como la unidad estructural mínima de la materia, inmutable e indivisible.
El descubrimiento del electrón, por el físico inglés Thomson (1856-1940) FIS-H-020301-06 y el hecho de que la estructura del átomo no es homogénea, por el físico inglés Rutherford (1871-1937) FIS-H-020301-06, fueron dos acontecimientos de particular importancia que contribuyeron al conocimiento de la estructura de la materia.
El electrón es la partícula que tiene la menor carga negativa que no puede dividirse. La carga eléctrica es una propiedad inseparable del electrón.
Por otra parte, el descubrimiento de Rutherford[1] permitió modificar las ideas que se tenían acerca de la estructura del átomo y sentó las bases para la elaboración de modelos que permitieron explicar su comportamiento real.
El estudio de estos modelos permiten formase la idea del átomo en la que los electrones se encuentran moviéndose con gran velocidad en torno a al núcleo, que posee carga positiva.
La carga positiva del núcleo se debe a los protones, que poseen la menor carga positiva existente en la naturaleza. La carga positiva del protón es igual en valor a la del electrón, pero de signo contrario.
La fuerza resultante que sobre el electrón ejercen el núcleo y los restantes electrones es la responsable de cada electrón se mueva en torno al núcleo.
La carga positiva total del núcleo es igual a la suma de la carga negativa de todos los electrones de la envoltura. Por tal razón, en conjunto los átomos son eléctricamente neutros, al igual que los cuerpos que ellos integran.